miércoles, julio 13

Tirando y levantando muros

Quizá llegue tarde.
Probablemente siempre fue tarde.

Se que no soy gran cosa, al menos no en el sentido figurado. Además, soy difícil. No siempre ha sido así. Los agostos playeros familiares, que con el tiempo se convirtieron en un suplicio, solían ser divertidos. Mira a Adri, han pasado cinco minutos y ya tiene tres amiguitos. Habitualmente, la gente afirma que los veintiuno o los dieciocho son las mejores edades, en las que se quedarían viviendo para siempre. Sin embargo, yo siempre pienso en mis diez añitos, cuando todo eran dibus, tostadas con nocilla y la casa del árbol.

Yo era de esas que escribía diarios. Aún guardo el primero que tuve. Me lo regalaron por mi cumpleaños, supongo, porque la fecha de la primera página es 28 de Septiembre de 1993. Diez años. El “Querido Diario” va seguido de ilusionados relatos sobre un diente que se mueve o la duda de si pedir a los Reyes Magos una BMX roja o azul (¡Qué tiempos cuando con esta edad aún éramos niños...!). Hay un par de páginas especialmente emocionadas sobre el nuevo camuflaje estilo cebra que mi padre pintó a la casa del árbol. Pensándolo me viene una sonrisa nostálgica a los labios. Sé que nunca seré tan feliz como entonces.

Todo es culpa nuestra… aspiraciones, sueños, deseos, ilusiones... Cuando somos renacuajos esas palabras significan un viaje a Disneylandia o unos patines nuevos. Ahora no. Ahora solo sabemos que las tenemos. Con frecuencia es algo abstracto como los temibles felicidad, estabilidad o amor. Otras veces son pequeñas cosas que se nos hacen un mundo, como mi lucha por no ser tan desmemoriada.

Con la madurez, cada uno tiene una forma de afrontar los golpes. Yo me hice con unos ladrillos para construir un muro, un escudo de ironía y de aparente fortaleza e indiferencia muy efectivo por fuera pero destructivo por dentro. Este absurdo muro camufla los sentimientos entre sarcasmos y el dolor entre sonrisas. Tras atravesarlo, algunos sin esfuerzo y otros con asedio, se han encontrado a la persona insegura, cobarde y sensible que soy.

Ignoro si no has visto el muro o has decidido dar media vuelta, pero hoy vengo aquí, sin coraza, sin rodeos, sin dobles sentidos, para enseñarte lo que pocos han visto. Una parte de mí que no conoces. Una que quizá te guste. Una que quizá te haga verme con otros ojos. Una que te haga dejarlo todo para intentar conocerme y, con suerte, quererme.

Yo, por si acaso, ya he empezado a apilar ladrillos.


14 comentarios:

  1. Aaay Pequeña Adri tenía que ser genial, pero la mayor también tiene que ser una personita genial.

    Siempre he pensado que la gente no es feliz porque no quiere, nos buscamos siempre cosas para amargarnos en vez de fijarnos en las pequeñas que nos haría muy felices, como las bicicletas rojas :)

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  2. Jejeje, la pequeña Adri era un ser libre y aún más charlatán de lo que soy ahora :P

    Es cierto que a veces nos dejamos llevar por el mal rollo pero todo son dinámicas. Si estás en una mala racha, tiendes a verlo todo por el lado malo.

    PD: Al final me trajeron una BMX roja, sí ;)

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  3. Di que no, que lo mejor y mas gracioso de la pequeña Adri es y siempre sera esa magnifica foto de Adri Jackson en thriller en la que se intuyen la incocencia, la alegria y el desparpajo mas puramente Adriiil;D

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  4. Ah, y los ladrillos siempre son mejores para lanzar que para apilar, que si no se crean burbujas inmobiliarias de feelingsXD

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  5. He estado a punto de poner la foto de mi peinado Michael Jackson con el chandal rojo subida a la BMX, sí xD

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  6. Ves.... veeeesssssssssXD

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  7. Hermoso post Adri, y también muy valiente. Si te sirve de consuelo, todos apilamos ladrillos alrededor nuestro; pero tú, con estas palabras, eres de las pocas personas valientes que ha empezado a derribar el muro...

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  8. Todos construimos ese muro, todos usamos esos ladrillos. La diferencia es que unos pocos lo reconocen y son conscientes de que lo hacen y otros, la mayoría se intentan engañar a sí mismos.
    Eres afortunada porque tienes personas que han roto ese muro y que han alcanzado tu corazón, te han visto como lo que eres, para lo bueno y para lo malo. Muchos sueñan con conseguir lo que tú has logrado. Porque, ¿sabes un secreto?: los afortunados, aunque igual no lo sepan, son ellos, porque son pocas las personas a las que uno conoce de verdad a lo largo de su vida.
    Larga vida, pequeña o gran Adri, aún nos queda lo mejor de ella y de eso nos daremos todos cuenta cuando menos lo esperemos... y tú también.
    Maravilloso post, simplemente maravilloso...

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  9. Genial, enorme. Me encanta mucho.

    Y sí, yo también soy de los que volvería atrás en el tiempo a los diez años, y de los que han construido un muro de ironía. A ver si un día de estos soy capaz de derribarlo.

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  10. Los hay que ya te admiramos al seguirte por muchos sitios (twitter, podcast, blog...), xo más admiración me despiertas abriendote de está manera, siendo tan valiente y honesta! No te conozco Jeje, xo me encantas, eres genial!! Nunca cambies!!

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  11. Te descubrí hace menos de una semana en ohhh tv, luego sin saber que también participabas te escuché en "esta peli ya la he visto", y estoy aquí porque he seguido tu risa, tu voz, tu profesionalidad y el buen rollo que desprendes. Así que estoy con Ricky10, no cambies!! oírte reír es una delicia!! y al muro ese lo que le hace falta es un buen martillo pilón XD

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  13. Oh! Qué bonita entrada. Yo también creo que mi época más feliz fue la infancia, desde luego mucho más que los 18 o 20 años. En fin... quién sabe, puede que los años más felices de nuestras vidas estén aún por llegar :)

    Me ha gustado tu blog. Amenazo con volver.

    Saludos!

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